Ricardo ama a Ricardo. Esta es la triste réplica que lanza el protagonista de esta ¿tragedia? shakesperiana justo antes de caer abatido por el enemigo en un –aún más triste– intento de justificar su concatenación de terribles crímenes. Y ni siquiera está arrepentido. Ricardo III ha desterrado la conciencia del mundo y actúa en consecuencia. Tiene hambre y, como dice Víctor Hugo, ciertas almas tienen dientes por lo que es mejor no despertar su apetito.
Miguel del Arco Backstage EL PAVÓN TEATRO KAMIKAZE 8 noviembre 2019